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Señores muy amables

Este fin de semana hemos ido a grabar la gala “en directo” de nochebuena de TVCYL a un convento reconvertido en hotel en un pueblo de zamorano llamado Coreses, conocido por la zona por “el elefante”, un sitio de esos de moral distraída.

Nada más llegar a cada uno de nosotros se nos proporcionó una acreditación para poder andar por el hotel a nuestras anchas. Después de ver el lugar donde se iba a guardar todo junto con el productor, apareció un señor muy amable, vestido con su traje, estab a de buen año, que tenía pinta de ser director del hotel o similar. Nos pusimos a la obra en cuento los de iluminación y sonido terminaron de subir cosas, abrimos la puerta lateral de la sala, que era la iglesia del convento, y comenzamos a meter mangueras de cable. El amable señor ya nos empezó a tocar las bolas con que cerraramos la puerta porque se le escapaba el frío, conducta que siguió hasta que terminamos de montar todo.

Ya por la tarde estábamos esperando el ensayo general en esos bonitos sofás que suelen tener los hoteles y como no, el amable señor estaba en la puerta de entrada vigilando que nadie fuera de la organización se colara al bufet libre que había. Da la puñetera casualidad que entra nurio fergó, una chavala de cuando operación triunfo estaba en TVE, con varios acompañantes. El amable señor ve como pasan de él y empieza a exaltarse pidiendo la acreditación a una de las chicas que iban con la fergó. Abre su bolso, se la enseña y viendo el amable señor que haía quedado como el culo se lo pide a la fergó y a la otra acompañante. Lógicamente la cantante no tenía acreditación y el señor con todos sus pelotas dice: “por mis cojones que nadie entra aquí sin acreditación”. En esto que todos los de la tele empezamos a despicharnos y salir de la sala para evitar sentir más vergüenza ajena. Porque hay que ser tonto para invitar a una cantante y después largarla del hotel por no tener acreditación. Para variar, el señor amabilísimo echó la culpa a una de las camareras o similar porque no le había avisado de que a la que estaba echando a mala ostia era una de las cantantes que actuaba. La chica estaba flipando y no me extraña. Eso sí, no se la quitó el hambre porque en el bufet se puso un plato que no se lo saltaba un gitano.

Hablando un poco de la gala, salío bastante bien, solo tuvimos ciertos problemas técnicos con algunas cámaras. Parece mentira que con tan poco se puedan hacer las cosas “tan bien”. Lo que más moló era ver como se iban y venían las luces gracias a que el generador estaba echando chispas literalmente. Encima para rematar la faena, en la última actuación va y se oye por el intercom: “al generador se le está acabando el gasoil”.

so payaso.