Qué bonito es trabajar desde casa, leer el libro de 37signals y asentir, sacar pecho “yo trabajo desde casa, soy el puto amo” y tantas otras cosas. Pero como todo, generalizar es la receta perfecta para darte la hostia. Cada persona, empresa y situación es diferente.
Estas son algunas de las cosas que he sufrido y sufro durante el tiempo que he trabajado en remoto:
lo de trabajar asíncrono está muy bien, pero algunas cosas requieren sincronismo. Si a un usuario (que paga) no le funciona algo y necesitas de alguien o alguien de ti necesitas ser síncrono y rápido. Algunos servicios tardan días en darte respuesta, pero en general no me gusta hacer esperar si alguien paga.
te pierdes la mitad de la historia y tienes que recomponerla. Muchas veces las cosas se hablan, pero claro, no estás en la oficina y entonces la gente te empieza a hablar de cosas. Te toca entonces buscar las piezas que no encajan. Y esto es bastante difícil y require esfuerzo y tiempo (ese que ganas en el viaje de metro que no haces).
el músculo de trabajar con gente se pierde. Sí ganas el trabajar con gente en remoto, ahí cada uno valore lo que es más interesante para él.
el músculo de hablar con gente, no necesariamente de trabajo, se pierde igualmente. Es algo que he constatado con más trabajadores remotos, a menudo evitas hablar con la gente, pierdes el hilo de las conversaciones muy fácilmente, etc.
si no eres un poco autodisciplinado terminas por no salir de casa, trabajar cuando no debes, etc. El momento de irte de la oficina es un punto de inflexión difícil de reproducir en casa.
no ves el jeto de tu compañero de trabajo, no sabes si hoy está triste, ha venido tajado, está hasta las narices, concentrado, presionado, alegre, risueño o atontado. Y este es posiblemente el mayor problema.