La primera vez que tuve una reunión en inglés, hace unos 12-13 años, creo que no era capaz de construir una oración de 5 palabras. Entendía a duras penas, especialmente a los británicos. Las pasé putísimas y la sensación de “mejor lo dejo” era diaria. Por suerte había gente en la empresa que se reía de mi con suficiente estilo como para pensar que incluso podría ser divertido. Con los años he mejorado bastante, aún con muchas carencias que suplo con una dosis importante de jeta.
Pero no odio el idioma porque se me de mal (bueno, también), lo odio porque no soy yo el que habla. Es una versión diferente. La forma en la que uso las palabras y como las engrano es lo que hace que sea como soy.
Y no es -solo- por la limitación de vocabulario, mi sensación es que mi parte del cerebro que uso para pensar se malgasta procesando si tengo que decir poner la puta ese de la tercera persona en el verbo o si people es plural o singular.
Pero amigo, el idioma internacional del software es el inglés; programamos en inglés, documentación en inglés, reuniones también en inglés aunque todos habléis castellano (somos la elite, que no se note que somos españoles), hasta las notas las tomo en inglés con tal de no sentirme un fracaso profesional. Incluso escribo en inglés, soy un vendido, un chaquetas.
Uno de mis programadores preferidos es Kenta Cho, no es conocido, ni lo será, me encanta por su estilo diseñando mecánicas de juego super sencillas. El amigo Kenta tuitea en japonés (o eso creo) y programa igual que escribe: pensando en japonés.
Otro buen ejemplo son los rusos, tienen su estilo y estoy seguro que cada país y cultura tiene una forma de atacar los problemas. Y es bastante obvio que la cultura viene dada por el idioma (o al contrario, no soy experto pero me parece una relación suficientemente obvia). No es casualidad que sean los magos del software de alto rendimiento, su tradición matemática seguramente tenga mucho que ver. Además no se cortan ni un pelo, su código suele estar comentado en ruso.
Y así podemos ir cultura por cultura. Pero la situación actual es que todos convergemos: ahora ves presentaciones técnicas de Bytedance (chinos, creadores de Tiktok) y solo sabes que son no americanos por el inglés penoso, si tenían una cultura de desarrollo diferente desde luego ya no está o no la sacan a pasear.
El inglés es el autotune del desarrollo; los matices ya dan igual, todos vamos enfilados por el mismo camino, si había alguna diferencia cultural que hacía que la forma de atacar los problemas o el punto fuerte fuese diferente, tranquilo que ya se difuminará en un inglés mediocre.
Como es lógico, no tiene ningún sentido no saber inglés. Tienes que saberlo, tienes que poder vender lo que haces, pero igual que cuando cambias de provincia se ve una cocina diferente, me encantaría ver lo mismo en el desarrollo de software.
Podrías pensar: Santana es un nacionalista de libro. Nada más lejos de la realidad. Estoy 100% en contra de que la política se apropie la identidad cultural. Estoy a favor de aprovecharla (la identidad, no la política) para buscar formas diferentes de hacer lo mismo. A favor de comunicarlo también para que todo el mundo lo entienda.
Por desgracia en España tenemos muy muy poca tradición tecnológica (en cualquier ámbito) y desarrollar en castellano suena pueblerino, de provincias, poco profesional. Pocos post técnicos son en castellano, igual que pocas charlas de “alto nivel”. Ser nosotros mismos es, en resumen, malo.