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(Contratar a) la persona correcta

La vida es un conjunto de sube y bajas, algunos baches por el camino -que a veces son pozos- prioridades cambiantes y donde casi todo lo que hacemos viene motivado por una cosa fundamental: las personas que están a nuestro lado.

Puede que sea de forma más o menos egoista, de forma directa o indirecta, da igual que el gobierno sea de derechas o de izquierdas, seas alto o bajo, lista o tonto.

Estos dos párrafos que me acabo de marcar bien podría haberlos escrito Coelho, pero este post en realidad va de contratar gente. A lo mejor podría dedicarme a escribir libros de filosofía “Coelhiana” startrupera, pero podría confundir al público y pensar que no trabajo de verdad. En este blog se escribe sobre lo real.

Hace unos años, cuando empecé a liderar procesos de selección y marcar la estrategia, mi foco era en la excelencia técnica. No quiere decir ni que estuviera equivocado ni que ese fuese mi único objetivo, pero sí era un valor fundamental. De hecho escribí un post sobre como consideraba que había que hacerlo -por el que la policía de internet me lapidó- y del que ya solo estoy en algunas cosas de acuerdo.

Desde aquello han pasado unos años, algunas empresas y un par de historias (las buenas historias siempre vienen de dos en dos) que han cambiado mi forma de mirar las cosas.

Y además te las voy a contar, y lo sabes.

Hace ya siglos en la empresa que trabajaba estábamos en un proceso de “due diligence” típico y parte de ese proceso fue hacer pruebas técnicas a todo el equipo de tecnología. Las pruebas no eran sencillas, eran las típicas pruebas de puzzles y programación de pizarra, que son tan absurdas como inútiles, y que lo único que hacen es aumentar el ego del entrevistador, de hecho un día haré un post sobre cual es mi prueba ideal, pero no nos despistemos ahora.

Al terminar nos dijeron que las pruebas eran horribles (usaría palabras más contundentes pero luego me tachan de negativo), cosa que ya sabíamos después de las pestes que echábamos cuando salíamos de las pruebas (no lo voy a suavizar: pensábamos que eran gilipollas). Pero, vamos a ver, cómo es posible que fuésemos capaces de hacer lo que hacíamos y las pruebas técnicas fuesen tan malas. La explicación era bastante sencilla, estaban evaluando al equipo por separado y no como un equipo. Subestimaban el efecto pegamento del equipo.

La segunda historia es bastante más reciente. Si no lo sabes, te lo digo yo, al entrar en un corporate en un determinado puesto lo primero que hacen es asignarte gente. Es decir, no la buscas tú, estas empresas tienen mucha gente y siempre hay gente que termina proyectos o quiere cambiar de equipo. Montar un equipo y hacerlo funcionar es sencillo, eso lo hace cualquiera, pero coger gente de diferentes equipos, que tú no eliges, y hacerlo funcionar es harina de otro costal.

Así que mi estrategia de solo trabajar con gente “excelente” técnicamente se derrumbó. Entonces recordé la primera historia: si en aquella empresa éramos unos paquetes técnicamente pero luego éramos capaces de producir cosas bastante decentes, tal vez lo de ser excelente pese muchísimo menos a la tener un equipo cohesionado.

Así que manos a la obra me puse a hacer algo que nada tiene que ver con la tecnología: crear buen ambiente, esto es, hacer de ese grupo de personas un equipo haciendo que el ambiente de trabajo fuese bueno, donde hubiese comunicación. Dicho de otro modo, que el buen trabajo fuese el resultado de que la gente se llevase bien.

Entró gente al equipo rechazados de otras áreas, contratamos gente que no pasaba el baremo técnico establecido por el área, hicimos cambios de gente que parecían absurdos, también di la oportunidad de cambiar de equipo a quien no estaban de acuerdo con la forma de trabajar. El resultado, después de 6 meses, fue que el equipo producía, se ayudaban pero sobretodo entendían la situación y necesidades de los demás.

Así que ahora, cuando hago una entrevista, rara vez pregunto algo técnico (aunque el perfil sea puramente técnico) y busco cualidades personales (dentro de lo que mi incapacidad social me permite) que me hagan ver que la persona es de esas que van a tender la mano cuando otra esté en pozo.

Lógicamente tener conocimientos técnicos es muy importante, pero es mejor trabajar con alguien con quien puedes aprender lo que no sabes a con alguien al que miras mientras trabaja.