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Lejos

Me llama mi madre o mi hermano y después del típico “qué tal estás” muchas veces ya no tengo mucho más que decirles y lo que es peor, ellos tampoco saben que decirme. A veces mi madre hace el esfuerzo de preguntarme, en vano, qué es lo que hago en el trabajo, imagino que en un intento de hablar conmigo algo más de los 30 segundos que dura el qué tal estás. Estoy acostumbrado a tratar con máquinas y con personas que normalmente solo hablan con máquinas y me pregunto si no estaré tan acostumbrado que he olvidado que el resto de humanos no son así.